Tipos de luces artificiales

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Por combustión Los fuegos, brasas, etc., son interesantes fuentes de luz, aunque la mayoría de las veces hay que añadir luz artificial justificada por la fuente de calor. La gama de temperaturas de color posibles es enorme, mucho más de lo que parece, yendo desde, por ejemplo, la corteza de pino (muy baja) a la madera de sarmiento (parra), que produce algo menos de luz pero de una temperatura de color más alta; incluso los fuegos producidos por gas pueden llegar a tonalidades verdes, dependiendo del combustible. Es curioso que a veces utilicemos fuego para determinados ambientes, mientras los técnicos de efectos especiales utilicen canalizaciones de gas y butano o propano para producir efectos de incendios y explosiones. En cualquier caso, un accesorio necesario para conseguir el tipo de luz deseada en un fuego es una pequeña bombona de oxígeno (con las precauciones necesarias) que no sólo acelerará o disminuirá la combustión, sino que variará la temperatura de color. Aparte de esto, hay determinadas sustancias especializadas para cambiar el color de un fuego. Iluminantes eléctricos Hago a continuación un pequeño repaso de las principales características de los iluminantes eléctricos, es decir, fuentes de luz producidas por electricidad. Son muchos, y todos ellos pueden ser utilizados en un momento dado, pero es necesario conocer su funcionamiento y, sobre todo, su rendimiento y características lumínicas, por lo que se debe prestar atención a los datos sobre flujo luminoso, eficacia con respecto al consumo, vida media y temperatura de color que proporcionan. La comparación entre estos datos será determinante para la elección de unos u otros iluminantes, y nos ayudar a evitar la frecuente y desagradable situación y de no saber qué necesitaremos en una grabación o rodaje determinado, para al final comprar, alquilar o llevar más de la necesaria o simplemente inadecuada y, en el momento del rodaje, no utilizar prácticamente nada de lo alquilado e, incluso, no encontrar en el momento lo que necesitamos. Por incandescencia Son las más comunes en iluminación de vídeo y, en gran parte, en cine. Producen luz por la radiación desprendida de filamentos a través de los cuales se hace pasar una corriente eléctrica, que los calienta hasta que emiten luz. Las cosas que más diferencian unas de otras son el filamento, la ampolla, el gas de relleno y el casco. Estándar Se trata de ampollas de vidrio soplado que protegen del medio ambiente un filamento de wolframio o tungsteno; es necesaria la protección para que el filamento no entre en contacto con la atmósfera, cuyo oxígeno produciría la fusión del mismo. A medida que el filamento se calienta, el filamento se va vaporizando, es decir, va perdiendo partículas de wolframio, el filamento va adelgazando y termina por romperse. Para paliar este fenómeno, la ampolla se llena de un gas inerte, normalmente una mezcla de argón y nitrógeno, y en muchos casos el filamento se enrolla en forma de hélice. a) Normal: Hay muchas variaciones sobre la conocida bombilla estándar, dependiendo del tipo de filamento (recto, en espiral, axial...) y del acabado de la ampolla: Clara, transparente; mate interior, esmerilada por dentro, que produce una luz más difusa; blanca, pintada por fuera, con una mayor difusión de luz, y coloreada, ya sea por dentro o por fuera. La última característica que diferencia unas lámparas de otras es el casquillo, que puede ser el conocido de rosca Edison, el de bayoneta o Swan, con dos contactos, que se coloca empujando sobre un muelle y bloqueándolo, y el de espigos, con dos terminales que se "clavan" en la hembra. Tienen poca eficacia luminosa, entre 6 y 20 lm/W, por lo que tienen un alto coste de funcionamiento, y pierden excesiva energía en forma de calor. Pero son baratas y pequeñas. Su duración media es de unas 1.000 horas. Las hay de tensiones nominales de 125 y 220 V, y también para 12, 24 y 60 V. A veces las podemos utilizar sobrevoltadas, con lo que reduciremos notablemente su vida media. Las hay de 15, 25, 40, 60, 100, 150, 200, 300, 500, 1.000 y 1.500 W, aunque a partir de los 300 ó 500 W su precio, en relación con su eficacia, empieza a hacer recomendable la utilización de otro tipo de lámpara. Si bien estas lámparas son de uso habitualmente doméstico, pueden solucionar serios problemas en la construcción de iluminaciones de interior, teniendo siempre en cuenta su baja temperatura de color con respecto a otras luminarias profesionales y su pérdida de la misma con su envejecimiento o con la falta de tensión. Un tipo especial de estas lámparas es la reflectora que, si bien es similar en todo a la estándar, incorpora un reflector en la ampolla, que tiene una forma distinta, pudiéndose conseguir cierta directividad en la luz. Las hay de dos tipos: b) Con reflector pintado: Son de vidrio soplado. Su forma es parabólica o elíptica, y el material reflector interior es aluminio o plata. Producen un ángulo de concentración que, por fabricación, depende de la potencia: Las de 25, 40 y 60 W dan un ángulo de 35 grados, mientras que algunas de 40 y 60 y las de 100, 150 y 200 W producen un ángulo de 80 grados, con una iluminación bastante uniforme. c) Lámparas PAR (Parabolic Alumined Reflector): Son de vidrio prensado, un vidrio duro especial, y su ampolla tiene dos piezas: una de forma parabólica y otra una lente que regula la abertura del haz. Las lámparas PAR, sí son muy utilizadas en iluminación de espectáculos, así como en iluminación profesional de cine y vídeo, en muchos casos formando baterías; en uso común se utilizan sobre todo en salas de exposiciones. Las hay de 75, 100 y 150 W, con ángulos de 15 grados y 40 grados; y en iluminación profesional las hay también de mayores potencias, con ángulos que dependen del fabricante. Halógenos Son lámparas más pequeñas que las estándar, de mayor eficacia luminosa y mayor vida media. Su fundamento está en incorporar al gas de relleno una pequeña cantidad de iodo para evitar, o retrasar, la vaporización. Vulgarmente los conocemos como cuarzos, y son de los focos más utilizados en iluminación profesional. La ampolla es cilíndrica, de cuarzo, su filamento es una espiral de volframio y el gas de relleno está compuesto por argón, nitrógeno (como las estándar) y un halógeno, habitualmente iodo. Los contactos están uno a cada lado de la ampolla, y están protegidos por una envoltura cerámica. Dos precauciones fundamentales deben tomarse al utilizarlos: por un lado, procurar la horizontalidad de las lámparas y, por otro, no tocar la ampolla con los dedos, pues la grasa o el sudor pueden desvitrificar el cuarzo, perdiendo éste transparencia, e incluso llegando a producir su rotura cuando se calienta. Para su consumo doméstico, hay también en el mercado lámparas de este tipo con una segunda envoltura de vidrio, que facilita su manipulación y hace más fácil la colocación horizontal del cuarzo, además de proporcionar un contacto con casquillo estándar. La eficacia luminosa es de 22 lm/W, siendo por tanto su flujo luminoso superior al de las lámparas estándar (Por ejemplo, una de 1.000 W produciría 22.000 lm; mientras que una de incandescencia estándar solamente 18.800). Hay toda una gama de potencias en iluminación profesional, dependiendo del tipo de foco en que van colocadas, desde los 200 W de las antorchas a los 10.000 0 12.000 de un fresnel grande. Las más habituales son, de todos modos, las de 800 y 1.000 W en los conocidos "butanitos" y de 2.000, 4.000, 5.000 y 6.000 W en focos spot, fresnel o soft de tipo plató. Su vida media es, aproximadamente, de 2.000 horas, aunque depende en gran medida de los fabricantes. Su temperatura de color es, originariamente, de 3.200 o 3.400 K, aunque hay que tener en cuenta que pierden bastante cuando se utilizan a bajas intensidades, y cuando se van gastando, por lo que hay que tener cuidado cuando se utilizan con dimmers y reguladores y cuando están viejas. Otras lámparas de incandescencia: por descarga, fluorescente, vapor de mercurio, vapor de sodio

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